jueves, 29 de octubre de 2009

Las diversas influencias de la tecnología en el desarrollo de la mente. Gavriel Salomon

Un “marco de pensamiento” es una “representación cuya intención es guiar el proceso de pensamiento apoyando, organizando y catalizando dicho proceso” (Perkins).
“Los marcos de pensamiento implican elementos tales como las estrategias de pensamiento y de aprendizaje, el uso de lo metacognitivo, las manera de ver el mundo y el dominio de determinadas habilidades de procesamiento” (Resnick).
Pienso que no puede haber un solo mecanismo que dé cuenta de los efectos de la tecnología sobre la mente. Depende mucho de la naturaleza de la tecnología de las clases de efectos que potencialmente pueda tener, de las circunstancias sociales y psicológicas en las cuales esa tecnología se encuentra, así como del marco cognitivo individual.
Nos plantearemos cinco clases de efectos: a) La creación de metáforas a través de las cuales se examinan e interpretan los fenómenos, b) la estimulación con la consecuente creación de nuevas cognitivas, c) la potenciación de la actividad intelectual, d) la potenciación de algunas habilidades específicas y la parcial extensión de otras; y e) la internacionalización de modos y herramientas simbólicas tecnológicas que sirven como herramientas cognitivas.

Tecnologías de definición: La creación de metáforas.

Este tipo de efecto no se refiere a la tecnología en sí misma, pero influye en la forma en que el individuo percibe el mundo.
La tecnología estimula la mente de un individuo para crear la metáfora y ésta, a su vez, se convierte en lo que Sperber (1984) llama una <>, que es adoptada por una gran cantidad de individuos. Estos individuos no tienen por qué estar en contacto diario con dicha tecnología para adoptarla, pero deben formar parte de una comunidad que frecuentemente emplee esa metáfora. ¿Por qué los individuos la adoptan? Lakoff y Johnson (1981) sugieren que las metáforas son necesarias para entender la mayor parte de lo que sucede en nuestro mundo ya que concretizan y simplifican fenómenos abstractos y complejos.
Las metáforas también funcionan como reorganizaciones del conocimiento ya adquirido. Y como consecuencia para reinterpretarlo.
La tecnología no es por supuesto, la única fuente de metáforas culturalmente compartidas e individualmente utilizadas. Una metáfora para que sirva como herramienta cognitiva útil y no sólo como un símbolo verbal, debe implicar una cierta dosis de novedad y de sorpresa. La tecnología ofrece esta dosis.
En resumen, las tecnologías novedosas, hacen que algunos individuos las usen como metáforas para describir y explicar los fenómenos diarios.

Tecnologías que crean nuevas diferenciaciones.

La separación y la diferenciación entre lo que se ve <> y la manera que se interpreta, es la base fundamental de la ciencia moderna.
Ejemplos: La televisión, parece estimular en los niños la capacidad de diferenciación entre lo que real y lo que no lo es (Kelly, 1981).
Tukle (1984) describe cómo niños discutían si las computadoras tenían vida y eran capaces de hacer trampa en el juego. Nuevas diferenciaciones aparecen: que hacer trampa implica intencionalidad.
La tecnología estimula, y requiere la creación de nuevas diferenciaciones. Algunas de ellas se vuelven compartidas culturalmente, y otras en cambio, son el resultado del contacto directo del individuo con la tecnología. Tal como sucede con las metáforas, la creación de nuevas diferenciaciones no altera demasiado nuestra capacidad y habilidades cognitivas, pero sí influye en la manera de percibir el mundo. Cuando la tecnología se da por sobreentendida, ninguna nueva diferenciación puede aparecer y el individuo puede utilizarla sin prestarle demasiada atención.

Tecnologías que potencian por asociación.

Se puede decir que el poder real de la tecnología radica en su capacidad de redefinir y reestructurar de forma fundamental lo que hacemos, cómo lo hacemos, y cuándo lo hacemos. Llegamos a usar esta tecnología como una herramienta para pensar.
¿Dónde reside la inteligencia? Se podría argumentar, con un espíritu bruneriano, que la <> (Pea, 1985).

Los efectos de la tecnología sobre las habilidades cognitivas.

No del aprendizaje de tecnologías específicas sino del cultivo de habilidades transferibles que se utilizan durante la asociación con la tecnología. Por ejemplo, tanto la imprenta y la alfabetización que se produce a consecuencia de la misma, se consideraban como un apoyo para cultivar el pensamiento abstracto, y la televisión se consideraba como un elemento que impedía el desarrollo de la imaginación de los niños (Singer y Singer, 1981)

¿Qué tipo de asociación desarrolla habilidades transferibles?

El cultivo de habilidades es adquirido por experiencia directa. Además, la tecnología debe demandar del individuo un desarrollo mayor de las habilidades que ya posea en el momento de enfrentarse con la tecnología.
Perkins y Salomon (1987) desarrollaron una <>. Según esta teoría, tanto el aprendizaje como la transferencia pueden darse por dos caminos diferentes o por una combinación de los mismos. Un camino que hemos denominado, la <> se caracteriza por la práctica insistente de una actividad en distintas situaciones lo que conduciría a un dominio casi automático (y por lo tanto poco comprometido mentalmente) de los elementos cognitivos, habilidades o conductas adquiridas. Dichos elementos se aplicarán sin consciencia de la aplicación a situaciones nuevas que se parezcan a las situaciones ya practicadas.
El otro camino, denominado la <> está acompañado por un gran compromiso mental del individuo. Por <>, queremos decir: el empleo de las operaciones mentales no de forma automática sino metacognitivamente, guiadas, deliberadas y enfocadas hacia la realización de una tarea. (Salomon y Globerson, 1987).
La primera es importante durante el proceso de culturización, de formación de hábitos, de socialización, para establecer la imagen de uno mismo. Por otra parte, conocimientos y habilidades que sí tienen una disciplina, es decir, la educación, está diseñada para mover al educando hacia la <>.

Acerca de la internalización.

El concepto de internalización, parecería implicar el establecimiento debido a algún proceso de una representación mental o de un conjunto de procesos internos, que sirven como contrapartida de los sistemas de símbolos, procesos y herramientas comunicativas externas.

Los candidatos para la internalización.

No todos los elementos de nuestra interacción social o en nuestra interacción con una herramienta computerizada, será un candidato razonable para la internalización. Para ser un candidato, hay un número de condiciones que deben ser cubiertas. Debe provenir de la misma, o ser de similar <> que lo que en ese momento la mente esté usando y manipulando. Además, los modos simbólicos, las operaciones y las metaoperaciones a las que se enfrenta el individuo en su interacción con la tecnología para que puedan convertirse en herramientas cognitivas, deben ser tales que puedan ser potencialmente reconstruidas y realizadas en la mente del que está aprendiendo. Deben ser por lo tanto, congruentes con su nivel de conocimiento, sus intenciones y sus capacidades (Salomon y Globerson).
Otra condición es que el candidato para la internalización sea tal que el sujeto pueda asimilarlo a un esquema ya existente.
Ciertamente, otra condición importante es que una herramienta que sea candidata para internalización, debe mostrar la actividad que desarrolla para que el usuario pueda copiar el procedimiento y pueda reconstruirlo en su mente.

Las condiciones para la internalización.

Hay condiciones obvias que deben ser cubiertas, tales como la interacción activa y el control del educando. Los educandos pueden ni siquiera ser conscientes del hecho de que han comenzado a utilizar inteligencia artificial en su modo de pensar.
Sin embargo, tenemos buenas razones para creer que cuando los usuarios de una herramienta computerizada, o de un modo de representación, son conscientes de su naturaleza y de sus funciones, y están atentos y controlados tienen más posibilidades de reconstruirlas en su propio repertorio cognitivo y de usarlas como herramientas cognitivas (Salomon, 1979).
¿Cuán profundos y cognitivamente significativos son los efectos cognitivos de la tecnología? Uno podría hablar de dos niveles de efectos. Estos han sido denominados por Perkins (1985) <>. Los efectos yema-de-los-dedos-de-primer-orden, incluyen las capacidades más directas producidas por el contacto con la tecnología: mayor movimiento, computarización más sencilla, comunicación más rápida, un acceso más amplio y sencillo a un cuerpo de información mejor organizado. Los efecto-de-yema-de-los-dedos-de-segundo-orden, en cambio, incluyen efectos <>
Considerando que los efectos de yema-de-los-dedos-de-segundo-grado, existen potencialmente en la tecnología, podemos contestar la pregunta acerca de los efectos, diciendo que éstos dependerán menos de la tecnología que de los individuos que la usan en un determinado contexto social. Mucho dependerá de la atención que haya prestado el individuo (Salomon y Globerson, 1987) al usar la tecnología y los desafíos cognitivos por ésta planteados.
Supongamos que los efectos en consideración son <> y duraderos, ¿cómo se relacionará con el desarrollo cognitivo? Si lo miramos desde un punto de vista vygotskiano o bruneriano, los efectos de la tecnología no determinarían el curso del desarrollo, pero sí realizarían su potencial a través de la internalización de medios representacionales y herramientas que flexibilizan los elementos cognitivos.

En mi opinión hay tecnologías y tecnologías... Hay muchas que verdaderamente nos ayudan a desarrollar la mente y nos crean nuevas habilidades que luego nosotros utilizaremos en otros ambitos. Pero también estan aquellas que nos facilitan demasiado las cosas, y hasta se podría decir piensan por nosotros. Por eso es importante saber cómo utilizarlas, cuándo y de qué modo. Saber encontrarle el fin y la manera de que verdaderamente potencie nuestras destrezas.

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